Cuando decides darle en renta a alguien tu propiedad, el factor más importante es la seguridad. No es posible saber con total certeza antes del hecho quién será un buen inquilino y quien no tanto.
Además, incluso un buen inquilino pudiera enfrentarse a algún inconveniente que le llevará a comprometer su cumplimiento del acuerdo.
Justamente para ponerte a buen resguardo en esas posibles eventualidades, es vital tener un buen contrato de arrendamiento. Por ello, hablaremos de algunos de los elementos que tiene un contrato, para que te puedas guiar al preparar el tuyo:
1) Objeto
El objeto del contrato es el inmueble que rentarás. Es decir, es aquella cosa respecto a la que se está haciendo una transacción y en relación a la cuál se hacen los acuerdos. Es muy importante especificarlo correcta y completamente, para no poner en riesgo la validez de lo que acuerden.
2) Partes
Las partes son quienes hacen el acuerdo. En este caso, tú, arrendador, y tu inquilino, arrendatario. También para hacer válido todo lo que hayan acordado es importante que ambos se especifiquen e identifiquen claramente en el contrato.
3) Cláusulas y condiciones
Una vez especificados estos elementos, deben constar con claridad cada uno de los acuerdos que hayan establecido. En el contrato se les redacta como una especie de reglas, llamándose a cada una cláusula.
Si bien los puntos que te hemos mencionado explican algunos de los elementos básicos de un contrato, en realidad redactar un contrato realmente seguro requiere la asistencia de un profesional. Pero no te preocupes, existen bufetes de abogados que dan un servicio personalizado para esos casos, preparándote un contrato e incluso ofreciéndote una garantía jurídica (una herramienta genial para proteger a los arrendadores, de la que puedes leer más aquí).
Con gusto podemos referirte con uno de nuestros asesores que te podrá explicar a mayor detalle los servicios y beneficios que tenemos para hacer tu renta un proceso seguro y libre de inconvenientes.
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